28/10/09

¿Cuál es la diferencia entre un sueño y una meta?

Este texto lo encontré buscando, como hago a veces, cuales son las sutiles diferencias entre algunas palabras que solemos usar casi como sinónimos (lo que nos lleva a confundir, y a confundirnos, fácilmente).
Lo transcribo tal cual esta en el blog original. Al pie del texto, hay un link a la nota por si quieren revisar el sitio desde donde lo copie.

¿Cuál es la diferencia entre un sueño y una meta?
Un sueño siempre es el punto de partida. Supone el comenzar a crear imágenes, pensar en ideas y situaciones que nos gustaría que sucediesen en el futuro en nuestras vidas. Los sueños pueden parecer, al principio, poco realistas o alcanzables, pero el simple hecho de pensar en ellos nos inspira y nos llena de esperanza imaginando que tal vez algún día podrán convertirse en realidad.
Una meta nace cuando decidimos que ha llegado el momento de comenzar a tomar acción para que ese sueño se convierta en realidad. Las metas comienzan a aparecer cuando nos comprometemos a convertir nuestros sueños en realidad y comenzamos a crear un plan de acción que nos pueda llevar hasta allí.
Muchas personas son simplemente expertas en soñar y soñar. Realmente esa es la parte fácil y divertida. Dejar volar la imaginación y crear en nuestras mentes toda esa serie de resultados que nos harían sentir que nuestra vida ha sido bien invertida. Pero no nos engañemos. Si no nos proponemos dar el siguiente paso, que es la transformación de esos sueños en metas concretas, esos sueños jamás se convertirán en realidad. Es imprescindible poner en juego nuestra disciplina para que todo el proceso se ponga en marcha a través de la acción.

Es cuando te pones tus zapatillas de deporte y comienzas tu rutina de ejercicio, cuando tu sueño de conseguir una forma física de primer nivel comienza a materializarse.
Es cuando ahorras esos primeros cien euros y los inviertes, cuando tu sueño de disfrutar de independencia económica comienza a materializarse.
Es cuando comienzas a documentarte y a estudiar los temas necesarios, cuando tu sueño de escribir una novela comienza a materializarse.
Es cuando comienzas a sustituir comidas poco saludables por alimentos orgánicos y frescos, cuando tu sueño de disponer de altos niveles de energía comienza a materializarse.
Y esta lista podría seguir indefinidamente…

Te animo a tomar ahora mismo tu lista de sueños y a comenzar a establecer metas concretas que te pongan en movimiento.
"Si eres capaz de soñarlo eres capaz de conseguirlo"
Lo único que te separa de ello es el precio en esfuerzo que, necesariamente, vas a tener que pagar. Cualquier sueño que merezca realmente la pena va a requerir de un esfuerzo en muchas ocasiones titánico para convertirse en realidad. La única pregunta que has de formularte es muy clara:

¿Estoy dispuesto a "pagar" el precio necesario en esfuerzo?

Y ante esta pregunta solo existen dos respuestas. Una te lleva directamente hacia tus sueños. La otra te dejará siempre en el mundo de los simples deseos y la ilusión.
Quienes alcanzan sus sueños, en un momento determinado de sus vidas decidieron que iban a transformar sus sueños en metas. Y una vez establecidas esas metas, se comprometieron a tomar acción de manera incansable hasta lograrlas. Punto.
Ahí están resumidos todos los secretos:
Poner el esfuerzo necesario hasta lograrlo. Repito: Poner el esfuerzo necesario hasta lograrlo.

Para ver el post original, click aquí
© 2009 JOSE MARIA VICEDO
http://www.clubsuperacion.com

17/10/09

Nostalgias, tristeza

Nostalgias, tristeza, rara mezcla.
A veces, pinta un poco de nostalgia y un toque de tristeza.
En días así, no es conveniente estar solo. Si se puede, es preferible buscar un pecho donde apoyarse y descansar; pero, dadas las circunstancias, bien se puede intentar escribir algo y ver que sale.

En este caso, la Nostalgia surge al recordar la infancia y los lugares en donde fuí felíz de niño (y no tan niño) y que hoy están allá, lejos.
Épocas de poca responsabilidad y mucha alegría.
Momentos en los que lo importante era salir y jugar, sin importar que afuera hubiera sol, viento, lluvia, nieve o temporal. Esas preocupaciones les quedaban a los grandes. Nosotros debíamos salir, porque afuera estaban los amigos y los juegos y las risas.

Y este ejercicio de recordar momentos felices de la infancia trae una cierta tristeza pues, internamente, sabemos que el tiempo ha pasado y se ha encargado de cambiar esa imagen que guardamos tan cálidamente en nuestro corazón.
Esos momentos forman parte del pasado y, mal que nos pese, no es posible revivirlos.

Hablar del pasado es hablar del paso del tiempo; y el tiempo es un caminante incansable, que avanza permanentemente sin importarle demasiado lo que va quedando atrás. En definitiva, el tiempo transcurre y al hombre solo le queda el tesoro de un recuerdo más o menos brillante, más o menos cálido, más o menos hermoso.

Analizando un poco; ese transcurrir del tiempo también permite que vayamos cicatrizando, poco a poco, de los sufrimientos pasados; porque, seamos realistas, no todo fue perfecto en el pasado.
Y dado que lo que no nos mata nos fortalece; si seguimos vivos luego del golpe, las heridas cicatrizarán; y cicatrizar, implica sanar.
Al principio puede ocurrir que la herida pique un poco, que moleste, que duela, que huela mal incluso; pero, si la cuidamos bien, si la limpiamos y la ventilamos; esa herida cerrará.
Quedará la marca. Algún día, si realmente sanamos, se convertirá en anécdota para contar en reuniones con amigos; cuando describiremos, orgullosos, las cicatrices que la vida nos fue dejando con el paso del tiempo...

No es tan malo el paso del tiempo después de todo. Ni la nostalgia aunque venga acompañada de un toque de tristeza.

Las cosas simples


A veces, pinta un poco de nostalgia y un toque de tristeza.
Nostalgía y tristeza, mmhhh.

Como sea, vino a mi memoria un poema de Cesar Isella y Armando Tejada Gomez; que luego fue canción y su titulo es "Canción de las cosas simples".
El poema dice así:

Uno se despide, insensiblemente, de pequeñas cosas.
Lo mismo que un árbol, que en tiempo de otoño, se queda sin hojas.
Al fin, la tristeza es la muerte lenta de las simples cosas,
esas cosas simples que quedan doliendo en el corazón.

Uno vuelve siempre a los viejos sitios donde amó la vida
y entonces, comprende, como están de ausentes las cosas queridas.
Por eso muchacha, no partas ahora soñando el regreso.
Que el amor es simple, y a las cosas simples las devora el tiempo.

Demoráte aquí, en la luz mayor de este mediodía
donde encontraras, con el pan y al sol, la mesa tendida
Por eso muchacha, no partas ahora, soñando el regreso.
Que el amor es simple, y a las cosas simples las devora el tiempo.

Click aquí para ver a Cesar Isella cantando (se abrirá en otra ventana)

6/10/09

Dulce estrellita mía

Hace poco noté que una estrella titilaba más fuerte que otras en el firmamento.
Asombrado al principio; poco a poco empece a prestarle más atención.

¿Como fue que esa estrella llamo mi atención?
¿Como es que, poco a poco, fui observándola más y más detenidamente?
¿Porque esa estrella y no otra?

Lamentablemente, no lo sé. Simplemente ocurrió.

Descubrí algunos detalles que la diferenciaban del resto. Sutilezas que, posiblemente, siempre habían estado en ella pero que solo ahora podía (puedo) percibir.

De a poco se me va haciendo costumbre mirarla.
Espero, cada vez más ansioso, más expectante, el momento en que se asoma por mi horizonte.
Finalmente, cuando ocurre, intento descubrir nuevos brillos, nuevos reflejos que me iluminen. Conocerla más. Dejar que me conozca.
Absorber parte de su luz y de su calor para así poder guardarlo en mi interior. Sé que me hace bien. Puedo sentir su esencia recorrer mi cuerpo y darme brillo y vida.
Darle parte de mi esencia de vida para que su luz se refuerce y prevalezca.

Lamentablemente también descubrí que no siempre es segura su aparición.
Algunas veces, las nubes oscurecen el cielo y hacen que verla sea imposible. En estos casos solo queda esperar que el mal tiempo se termine y que frescos vientos de cambio barran con las nubes que nos impiden encontrarnos.

En otras ocasiones, simplemente no aparece en el lugar de siempre. Y me descubro preocupado, ansioso. Imagino sutiles cambios en su derrotero que puedan haberla desviado de su trayectoria; e intento descifrarlos para así poder ubicarla nuevamente en ese cielo estrellado; el cual, cuando ella no está, pareciera menos luminoso.

De pronto, la descubro.
Allí!! Arriba!! Luminosa como siempre!!.
Más allá o más acá. Tan lejos mío, pero tan cerca de mí.

Algún día quizá no la vea más. No me preocupa demasiado ahora. Pues la veo allí y eso me inunda de luz... de calor... y de esperanza.

Dulce estrellita mía, te espero, esta y todas las noches. Para enviarte un beso y desearte dulces sueños.

FES