Lentamente, cerró la puerta de la habitación. Se sacó la
ropa y se dejó caer en la cama.
Deseaba dormir por mucho, mucho tiempo. Sentía cansancio,
dolor, amargura, desazón, todo.El cuerpo le estaba pasando factura por el esfuerzo.
Mucho tiempo había luchado por conseguir aquello que soñó;
había hecho hasta lo imposible por lograr ese objetivo, al menos así lo creía. Finalmente debió rendirse a la evidencia y claudicar.
Quemar los barcos, como suele decirse.
Quemar los barcos, como suele decirse.
A pesar de que el cuerpo descansa, la mente no puede
desacelerarse. La pregunta toma forma en su cabeza: “¿Valió la pena? “
“Ojala tuviera la certeza.”, se respondió; Y agregó,
hablando para sí, “Hoy no lo sé.”
Y siguió pensando, en voz alta, “Demasiado dolor,
demasiado cansancio para responder. Hay un vacío, como un agujero negro que se empeña en
absorber la poca luz que puedo vislumbrar en este momento.
La oscuridad nunca fue mi enemiga; supongo que ahora me
ve triste y desea confortarme en su abrazo. Cobijarme un rato bajo su manto.
Para alguien que ha entrevisto la luz; es difícil volver de
pronto a las tinieblas, los ojos duelen y, supongo, por eso estas lágrimas.
El cuerpo se estaba acostumbrando a la calidez y, de
pronto, este frío que cala hasta los huesos; por eso, supongo, este leve
tiritar.
Los pulmones se estaban abriendo a un aire nuevo y, de
pronto, me invade una sensación de ahogo; por eso, supongo, estos suspiros.
La piel se estiraba y rejuvenecía por la caricia del la
luz; por eso, supongo, se pone la piel de gallina ante está soledad que se
avecina."
“Ahora entiendo porque aconsejan que nunca dejes que
un ángel haga nido en tu almohada.”
Y, con este pensamiento, su mente se cerró a la lógica y se
dejo llevar al mundo de los sueños y las utopías.
Allí ( lo desea así) recuperaría su fuerza y sus ganas de vivir. Allí ( necesita que sea así) podría encontrar el material necesario para repararse y, eventualmente, construir un nuevo mañana.
Allí ( lo desea así) recuperaría su fuerza y sus ganas de vivir. Allí ( necesita que sea así) podría encontrar el material necesario para repararse y, eventualmente, construir un nuevo mañana.
Su rostro se relajo y una tenue sonrisa se le dibujo en el
rostro.
Duerme, descansa, recupérate. Dulces sueños princesa.
Que el país de
los sueños te cargue las pilas.
Mañana... mañana será otro día.
Mañana... mañana será otro día.
